Imagogima

Un lugar donde posar tus ojos y tus dedos, dejando lo que traigan consigo, y llevándose el resto.

13 febrero 2007

La realidad

Nada es tan inmediato y obvio como la realidad y sin embargo, al mismo tiempo, nada es tan escurridizo y difícil de ver, nada es tan ignorado y dejado de lado.

¿Observamos lo que pasa a nuestro alrededor?

Tenemos tantos intereses creados, tantos hábitos aprendidos, tantas rutinas, tantos prejuicios y convenciones en nuestra cabeza que no sabemos ver lo que tenemos delante. Siempre vemos lo mismo. ¿Qué sería necesario para que la realidad entrara en nosotros y nosotros en ella?

Hemos de aprender a ver, hemos de querer ver. Si en mitad de nuestra rutina diária pudiéramos detenernos aunque fuera cinco minutos tratando de pensar en algo completamente distinto a lo que solemos pensar, entonces, algo podría empezar a cambiar en nuestra mirada. Nos daríamos cuenta del mundo que hay a nuestro alrededor, nos daríamos cuenta de estar formando parte de ese mundo de alguna forma.

Si uno se detiene de pronto en su camino, sin motivo alguno, apartando la meta de su mente, centrándose en lo que ve y siente, en lo que tiene cerca, y trata de ser con su imaginación aquellas cosas que ve, trata de ser la hierba, las nubes, el viento, los árboles, los ruidos, las voces, la gente que pasa, el suelo, la mesa, la compañía... de pronto se descubre que uno lo es todo y es únicamente una parte al mismo tiempo.

Hay cierto cine que hace de esta experiencia su expresión y su sentido. Un cine que trata de darnos el mundo lo más cercano a como se nos parace ante nuestros ojos y que deja su mirada ahí para que miremos con el tiempo suficiente las cosas que normalmente no tenemos tiempo de mirar. Un cine que cree en la realidad antes que nada, antes que en la realidad cine, en la realidad misma donde habitan todas las realidades.

La fascinación por la realidad inmediata, por el hecho de la existencia, de la vida, del estar vivo, sintiendo y consciente de ello, por el hecho de estar sucediendo la vida con el misterio de sus significados y de la relevancia de sus instantes, de sus acciones, de sus tiempos, del desplegarse de cada ser en ese vida, el ser humano siendo... Nada más difícil de captar, nada más arriesgado, nada más cerca de lo banal y de lo fascinante al mismo tiempo.