EL "ENCUENTRO" DEL AMOR (a propósito de Habitación en Roma)

Dos personas que no se conocían se encuentran y sienten atracción la una por la otra de modo que pasan la noche juntas. ¿Es posible que esto ocurra sin que haya "amor" de por medio?... Sin duda y quizá sea lo más frecuente. Pero si no hay amor parece que no hay "historia" o "guión". ¿En qué se parece la vida de una persona a un guión de cine?... depende de la vida y del guión, pero sin duda ambos tendrán una cierta unidad. La unidad del guión es una convención, una regla... la unidad de la vida humana es una condición biológica. Pero bueno, tenemos un comienzo y ese comienzo naturalmente puede desarrollarse. ¿Cuantas vidas tenemos cada uno de nosotros? En la película de Medem saltamos por los espacios posándonos en las vidas de los personajes. La misma película es un rebote sobre otras películas. La habitación en Roma es un pequeño punto donde se dió no ya un encuentro, sino el desarrollo ideado de ese encuentro primero, elidido en la narración, es decir, un desencuentro donde saltamos todos para "soñar" otra vez con ese "encuentro" del "amor" ¿Y qué dejan de encontrar los personajes? La posibilidad de una cierta transformación. Para que el arco se tense se necesita una diana, o dicho de otro modo, el artista ha de saber qué es lo que quiere representar ¿Y qué representa Medem?... El desencuentro de dos mujeres con la pasión, con la Roma capicua, como todo el cine de Medem, con su musicalidad u orquestación de múltiple eco. Ambas siguien el guión cuando se "inventan" sus vidas con otras vidas cercanas, ecos de nuevo. Medem "encuentra" ecos que va buscando en lugar de tener encuentros. Los encuentros no dibujan ondas delante de ellos, los sonidos son distintos y se mezclan... un eco no es un encuentro. El arco se tensa. La cultura clásica se clava literalmente en el corazón y la sangre ibérica tiñe el mediterrano donde el desencuentro eslavo se produce. Cupido siempre atento a la aventura del inicio de todas las vidas posibles, a ese caos del amor que puja desde nuestras naturaleza.