Imagogima

Un lugar donde posar tus ojos y tus dedos, dejando lo que traigan consigo, y llevándose el resto.

27 julio 2006

F L U I R

En esencia, todo es desequilibrio.

La verdad absoluta consiste en mantenerse en la cuerda pese a ello, en conseguir el equilibrio para continuar con la fuerza que, al mismo tiempo, posibilita y dificulta el equilibrio.

Si se piensa bien todo ello puede producir un cierto vértigo, señal de que el mismo pensamiento produce desequilibrio. Si se intuye en cambio, nos produce una sonrisa pequeña y grande a la vez que se abre más dentro que en nuestra boca.

Pero yo venía a hablar de los encuentros, que en el fondo, como he dicho, es lo mismo.

Si observamos la vida como un conjunto de infinitas posibilidades (lo que no deja de ser una visión que pretende un cierto control y previsión de la vida, no se sabe exactamente con que fin, si es que lo tiene) nos damos cuenta enseguida de que todas esas posibilidades no se pueden manifestar en todas aquellas cosas que producen esas mismas posibilidades a la vez... ¿o sí?... Sería un contrasentido, o dicho de otro modo, una mera consideración lógica, fácticamente imposible de realizar y por tanto nada interesante (ya que hablamos de lo posible, lo imposible es otra cosa muy distinta).

Esta perspetiva consideraría a todas las cosas por igual, como si fueran una sola cosa repetida millares y millares de veces, ya que en en principio a todas esas cosas les es posible lo que a todas las demás. Dicha consideración es evidentamente abstracta. Todas las cosas no son iguales... ¿o sí?... porque de ser iguales, entonces si que podríamos en efecto decir que el mundo es el conjunto de todas las cosas posibles en ese mundo.

Supongamos que en cierto sentido, en efecto, todo fuera igual, que en el fondo y en la esencia todo fuera desequilibrio, en la naturaleza, en el hombre, en su pensamiento... en todo.

Si es así, las infinitas posibilidades que nos ofrece el desequilibrio esencial de la existencia, vienen dadas precisamente por el equilibrio que la misma fuerza del desequilibrio genera en el mundo.

Así pues, el mundo se hace en los momentos de equilibrio que genera el desequilibrio fundamental que lo preside todo. Si nuestra verdad como seres humanos es tratar de mantenernos en un cierto equilibrio para continuar en el camino ¿cómo saber o presentir donde están y como servirnos de dichos equilibrios? Apunto antes de seguir algo que se entrevé: el hombre no genera ninguna de las dos fuerzas, ni el desequilibrio primordial ni el equilibrio del que se vale para seguir, ambas fuerzas le son ajenas, están habitando el mundo y son las sustenedoras de éste. El hombre se limita a vivir en ellas, a soportarlas siendo consustancial a ellas también y en consecuencia pudiendo alterarlas en algún grado. Pero lo imporante es que son algo ajeno a él.

¿Cómo saber entrar en el equilibrio, pues?

Para empezar, decir que en nosotros, al ser mundo también (todo es lo mismo) existen ya las dos fuerzas y que por tanto las conocemos y no vamos a la búsqueda de algo completamente extraño. Algo hay dentro de nosotros que nos permite conocer las dos fuerzas. Se puede afirmar incluso que nosotros tenemos una tendencia al equilibrio, como todo lo vivo.

No obstante, el desequilibrio lo inunda todo (y es alentador que así sea tal y como yo lo entiendo) y estamos mucho más inmersos en él que no en el equilibrio. Un símil podría ser algo así como una isla pequeña en mitad de un océano, siendo la isla el equilibrio.

La energía del desequilibrio es como una lucha o una metamorfosis entre lo vivo y lo muerto.

El fluir sucede precisamente en mitad de esas dos fuerzas. Es el punto donde se genera alteración y el movimiento, donde la vida se desplaza un poco hacia lo muerto y de nuevo vive pero de otra forma ligeramente distinta a antes del desplazamiento y eso es lo que genera movimiento (el movimiento puede ser alegría)

Habría que tener mirada de fluir.