Crítica. El amor después del medio día. Eric Rohmer.
Aceptamos y nos acostumbramos, creemos controlarlo todo, ser más inteligentes que la vida, tenerlo todo previsto, poder soñar y decírnoslo todo. Pero nuestras acciones demandan su parte. ¿Era el personaje un soñador? Sin duda, sólo fantaseaba, desde su amuleto todopoderoso. ¿Acaso el amor no es sueño? Y más allá de esa fantasía, ¿qué queda? Los sentimientos y las necesidades de las personas, sus sufrimientos, su soledad, su miseria y su incapacidad de amar o soñar.
Nos pesan las acciones.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home