Imagogima

Un lugar donde posar tus ojos y tus dedos, dejando lo que traigan consigo, y llevándose el resto.

04 agosto 2006

S O B R E L A S C O N V E N C I O N E S

Cuando uno "simplemente" se dedica a vivir, sin pensar demasiado que conlleva o incluso que significa eso de "vivir", sin plantearse demasiadas preguntas... ¿por qué? ¿para qué? ¿cómo?... pueden ocurrir varias cosas. Por un lado puede suceder que "tu vida" siga los cauces de muchas de las vidas que pululan a tu alrededor reaccionando de forma similar a éstas y buscando las mismas cosas que muchas de las personas que te rodean. Esto no deja de ser un poco extraño y a la vez lo más comprensible del mundo. Extraño porque cada ser humano es por definición único e irremplazable y resulta absurdo el pensar en un conjunto de personas "iguales o similares" ¿De qué sirve ese "iguales" en el pequeño núcleo de una familia por ejemplo donde afloran las más diversas peculiaridades en cada caso? Al mismo tiempo es lo más normal del mundo ya que todos los seres humanos somos en cierto modo similares y perseguimos metas comunes así como compartimos necesidades. Y por supuesto existen los grupos y las comunidades. Hoy en día, sin duda alguna, el tema de la identidad es uno de los asuntos más complejos e importantes que acucian al ser humano, por decirlo de alguna manera. Se han superado tantas barreras (sobre todo materiales) que el contacto entre los diferentes grupos humanos es casi total y al mismo tiempo se consigue mantener una coexistencia de la diversidad en un entorno común, complejo y relativamente reducido.
Otra de las cosas que ocurre cuando no te planteas preguntas ( preguntas que en algún otro momento necesariamente has tenido que plantearte) es que dejas suceder el acto de vivir con la actitud de serlo y vivirlo en sí mismo, sin un por qué, un para qué o un cómo. Simple y llanamente vives-sientes el acontecimiento, más allá de toda convención y de toda pauta, en el suceder del mismo. Es por aquí por donde entraremos sobre el tema de las convenciones.
¿Qué es la identidad? ¿para qué sirve? ... sin duda para reconocerse uno así mismo... ¿y de qué sirve eso de reconocerse uno así mismo? Saber que uno es lo que es... pero insisto... ¿para qué?... para saber también lo que no se es. ¿Acaso no está este tipo de consideraciónes de alguna manera en la base de los nacionalismos, de los territorialismos, de la cohesión de los grupos, del sentimiento de pertenencia, de la proclamación de la personalida y del yo? ¿Acaso no podemos pensar que cada uno de nosotros es como una pequeña nación "inexpugnable" escindida de todas las demas? La noción de propiedad privada, la legitimación, los derechos, los poderes... todo diviene de esa percepción escindida del ser humano, de la consideración de individuo, manifestación del ser subjetivo. En este sentido, lo convencional vendría a tratar de restituir en algún grado una cierta condición primaria (o quizá solo ideal) de iguales indistingibles en donde originariamente no había diferencias y por tanto distinción alguna entre los seres, donde los roles eran intercambiables y no había por así decir una jerarquía establecida dado que todos eran como todos y no tenía sentido colocarse por encima o por debajo unos de otros. Es así pues que, en este sentido, lo convencional nos acerca los unos a los otros, nos hace más iguales. Ahora bien, ¿quién no se plantea las connotaciónes negativas que esa misma palabra conlleva sobre todo en nuestros días? Todos hacemos lo mismo y desaparece la diversidad, ¿qué tiene de bueno la diversidad? ¿En qué consiste la diversidad, la riqueza de la vida, su inagotable variabilidad de formas de darse? ¿Por qué no sería deseable la homogeneización de la vida y su convención?
Cuando una persona vive, por educación o circunstancias varias puede ser consciente de que tiene la capacidad de ejercer una libertad cuyos límites son sus propias capacidades (límites que permanecen desconocidos si uno no hace uso verdadero de su libertad) Dicho de otra manera, nuestra propia constitución de seres conscientes de nuestra libertad nos obliga a ejercerla lo que a su vez nos empuja inevitablemente a conocer de que somos capaces. ¿Qué hay detrás de todo eso? Al lanzarnos en pos de nuestra libertad nos damos cuenta de que nos vemos enfrentados directamente con un montón de convenciones ¿Qué clase de libertad es esa que se ve coartada ante las convenciones de los demás, de la sociedad, de uno mismo (en la sociedad)? La pregunta es, ¿existirían este tipo de convenciones si todos asumíesemos y fuésemos consecuentes con nuestra conciencia de libertad? ¿Qué son pues las convenciones? ¿Son acaso formas de eludir nuestra libertad? Nos damos cuenta de que utilizamos la palabra convención como algo aceptado por todos para permitir cierto modo de vida en común. Lo que nos preocupa aquí es como se ha llegado a ese consenso o mejor aún, ¿con qué intención? En efecto, nos damos cuenta de que hoy en día se acaba la libertad si todos somos iguales y al acabar la libertad, ¿qué acaba?... ¿la conciencia, el pensamiento, la soledad de nuestro ser, el individuo, el darnos cuenta de nosotros mismos, nuestra diferenciación de resto? De nuevo estamos en el individuo.
¿Qué somos pues... individuo o convención? He ahí el problema de la identidad. ¿Por qué nos empeñamos en ser algo... por qué no nos conformamos simplemente con ser? ¿Por qué no podemos ser un magma de ser todo mezclado, indistingible? ¿Por qué no podemos imaginarlo así? Sí que podemos, está claro. Considerar a algo como una convención es ya ver su lado común y convencional así como diferenciar algo por su excepcionalidad hace que no pueda ocurrir a menudo (cuando se podría considerar excepcional el acto mismo de salir el sol todas las mañanas) De nuevo es cuestión de uno uso convencional del significado de las palabras. Tal vez por eso la poesía se mece entre lo convencional y lo excepcional hasta convertir las palanras en una experiencia inclasificable.