Imagogima

Un lugar donde posar tus ojos y tus dedos, dejando lo que traigan consigo, y llevándose el resto.

22 noviembre 2006

De la conciencia de ser

De nuevo a mirarme en el abismo...

desnudo...

con el solo rostro que apunte a algún lugar,

en la mirada que te encuentra.

Late el último impulso de la vida contigo,

como el nuevo parto,

vuelves a nacer entre el dolor del olvido

y del no ser.

Todos los caminos te confuden ahora,

como en otras ocasiones te fascinaban y eran una sola dirección.

La claridad de un sentimiento es como un diamante

en las entrañas de la tierra.

Temes la conciencia tan inmensa que no te permita vivir

la diminutez de tu ser.

Sabes que no es cuestión de tamaño

y sin embargo te escondes de crecer demasiado

tan grande como te sientes,

tan perdido ahora.

De nuevo la mirada yerra en el espejo,

con el brillo de encontrarte demasiado encontrado otras veces.

Quieres no estar y surgir de pronto,

de la nada que es la convicción irracional de tu ser,

desconocida critura que eres más allá de ti.

Y tu conciencia que no cesa de engullir

todo lo que tu vas descubriendo vírgen,

segadora imparable de la inocencia,

madre de todas las naturalezas.

Y en el fondo sabes que esa nada

que avanza es tan ilusoria como esa madre que trae nacimientos,

que son la misma cosa.



(Quien trate de ver todo el
tiempo puede acabar no viendo nada)