LAS MANOS
con su piel de sueños y deseos.
El mundo entero palpita en su sangre
y sus dedos dibujan la belleza.
Su mirada acaricia la soledad de las palabras,
pliegues de la historia las surcan,
portadora de la infancia y de la senectud.
Asir otras manos suaves y templadas,
presionadas levemente
como el posarse de un pájaro,
casi el abrazo del aire...
y nota un pálpito distinto,
un rítmo amigo y amante
que se va sincronizando
pero que siempre avanza sólo.
Manos que estrechan el calor
como el encontrarse de las miradas,
que se tocan así mismas,
pieles confundidas y labios del recuerdo.
Me miran mis manos vivas
como "Le sang d'un poete"
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