Imagogima

Un lugar donde posar tus ojos y tus dedos, dejando lo que traigan consigo, y llevándose el resto.

01 noviembre 2006

MIRAR

Mirar es ser en ese momento, volver a nacer en ese instante en que se mira, descubrirte a ti mismo y a la cosa como una misma identidad, sin ser tú la cosa ni la cosa tú. Es como no ser y ser al mismo tiempo, como nacer, como empezar, como surgir de la nada, como temblar o respirar. De repente, sin darte cuenta estás inserto en la mirada cuyo sentido está por encima de tu conciencia, habitándote, llenándote, siendo tú. Por encima de cualquier juicio, de cualquier valoración, tan intenso como el latido de la existencia entera. Toda la vida está ahí en el acto de ser mirada, siendo mirada por el hecho de ser mirada, sin intención más que el ser mirada mismo. Es la vida misma mirándose a tu través... ¿acaso ha hecho y sabe hacer otra cosa el hombre a parte de subsistir? ¿acaso la subsistencia no necesita también de ese acto de la mirada?
Y en medio de ese estado, conducido sin darte cuenta por fuerzas superiores a ti, contra las que tu propio aprendizaje se revela, acostumbrado a la desconfianza de la espontaneidad, desacostumbrado a la capacidad innata de hacer las cosas, al tener que medirse con pruebas y juicios aprobativos... en medio de ese estado se da uno cuenta del acierto del abandono a la intuición, a la emoción, a la pureza, a la tensión viva y alerta de la vida, como esa quietud de un medio día en donde todo queda latente y la vida entera como un manto desciende silenciosa pero inmensa cubriéndo la totalidad de todo. Se respira la vida y la vida se hacen en ti.

Y uno desintegra ese sentimiento de perdición que ha sentido tantas veces en medio del mundo, ese medirse con todos los demás por el simple hecho de no estar mirando, de no tener mirada, de haberla olvidado pese a seguir ella ahí, donde siempre. ¡Tantas cosas nos revelaría si nos dejáramos guiar por ella, si confiáramos más en nuestra mirada, si nos desnudáramos más, si nos quitáramos los filtros y las barreras que nosotros mismos nos ponemos, si no creyésemos que nos iban a tomar por tontos o por locos, principio de la exclusión que hacemos nosotros de nosotros mismos. Y mantenemos un torturado yo que trata de corresponder al mundo no dándose así mismo con el yo que no puede renunciar jamás a estar ahí, seguro de sí, claro y fuerte, grácil e infantil, directo, instintivo, audaz, espontáneo...

He pensado que realmente no quiero aprender nada, tan sólo mirar, que es algo así como saberlo todo y no saber nada o haber olvidado todo lo aprendido para por fin, serlo en lugar de retenerlo.

Uno mira y es mirada... y nada más... como cuando uno besa y es beso... nada más... tan vivo... tan pleno.

He pensado que el mundo entero está aún por mirar y que las emociones y la vida pasan por ese acto vivo, presente, instante, concentrado, atento, en su punto justo...

He pensado que evito instintivamente saber algo, pues con ello puedo perderme el vivirlo.

Me pregunto más que me respondo... ¿será por eso?

No me resuelvo pues estoy más vivo en el enigma... mis fondos son intocables... ¡ y no porque no puedan o no quieran ser tocados ! aunque quizá también... sino porque se van alejando conforme te acercas, como un falso espacio, como una ilusión o un espejismo.

Amo la finita eternidad de la vida que es mirar.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

el penúltimo párrafo

es lo más bello que he leido ultimamente

("no me resuelvo......etc....")

GRACIAS!

1:34 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home