Imagogima

Un lugar donde posar tus ojos y tus dedos, dejando lo que traigan consigo, y llevándose el resto.

29 diciembre 2006

Mientras tanto... en mitad de...

Mientras tanto... en mitad de la vida... de mi vida... escribo sobre ella misma... ¿acaso no es lo que escribo también mi vida... la vida?... ¿acaso escribir no es el acto de un ser vivo... una actividad más de la vida?... ¿qué es escribir?... ¿por qué escribímos?

Mis penamientos... más amplios que yo mismo... más estrechos que yo mismo... son ahora los protagonistas. Los sonidos del lenguaje y la acción ceden ahora a mis pensamentos. Lejos queda, como si no hubiera ocurrido salvo en mi imaginación, todo el día de hoy (y toda la vida)

Me surca un vacio inmenso... el vacio de todo lo lleno que estoy... lleno de la confusión más absoluta... de la desnudez de la tierra cuando llega la noche y el cielo está despejado, abierto por completo al inhaprensible universo.

Solo tengo mi vacio... espero comenzar por él a llenarme... a llenarme de mi y de ti.

Él es el que me llena... la nada incomensurable del abismo cósmico, diminuta respiración de las moléculas.

Os contaré de que está lleno mi vacio:

Está lleno de la vida de mil seres con mil vidas diferentes... y de un cuerpo y unos ojos demasiados ellos... que se ven incapaces de ser la encarnación de todo.

Está lleno de unos cuerpos que se pierden asi mismos en el abismo invisible de la vida... ¿porque no se ven?

Está lleno de un ser que es el ser mismo y que por tanto no es... y como no es, quizá no pueda ni ser el ser.

Está lleno de los sueños de los poetas... existencias más allá del vacio... luz en mitad de la oscura nada... fe que destella en la aparente inmensidad del negro cosmos. Sentido en el caos y caos en el sentido. Canto que no se canta así mismo. Existente luz que rutila diminuta y rebosante.

Está lleno de la locura y del viaje del pensamento, de sentir atravesar el aire y pertenecer a la luz que todo lo alimenta.

Está lleno de la parálisis de su divagar, de sus ensayos de estrella con chispas de mechero. De sus ensayos de mechero con chispas de estrella.

Me queda un silencio de espíritu suavemente alertado, como cuando te dejas poseer por un yo que acabas de inventar en una intuición que fusiona tu ser con la vida, como la respiración o una extensión de de la existencia... como ver por un instante con los ojos de otro.

He de tener un otro dentro de mi para ser yo... hasta ese punto no creo en mi existencia.

Y tan pronto es así dejo de creer en el otro y en el yo. Soy una extensión de la vida que no se conforma con ser una parte sino que su naturaleza le dicta ser el todo, absorverlo todo... ¿seré el todo?... ahh... ¡y qué maravillosas son a veces las partes... la ilusión de ser una parte!

La parte se siente el todo... pero no lo es...

Llevo a un filósofo que se arropa entre palabras... en un mundo donde late el silencio de vivir.

Mientras tanto... todo lo que no sé va lentamente abriendo mis ojos... como si cada suma de tiempo diera a luz la expresión de algo.

Si no fuera todo algo que se quedara, sería una suma de esculturas.

Mientras tanto... en medio de...

27 diciembre 2006

La obra en el tiempo de dos cuerpos.

La habitación era amplia, de paredes azul claro, como el de las aguas de los mares tropicales, casi blanco, cristalino. La luz provenía de un único ventanal de viejos marcos de madera que daba a un pequeño balcón asomado al casco antiguo. Los rayos habitaban aquel espacio flotando en un casi imperceptible mar de atmósfera donde bailaban ingrávidas las partículas desprendidas del mundo.

En aquel silencio de voces vecinales y vehículos lejanos, en la penumbra, ambos, frente a frente, se desnudaron junto a la cama mirándose. Se sonreían y en la mirada llevaban a la par la expectación y la belleza del otro, la conciencia tácita de la mutua entrega, del descubrimiento y el goce del uno en el otro. Era aquel el comienzo de una representación, de un ritual en el que cada uno, al mismo tiempo, era espectador y actor de la obra. Es por ello que, instintivamente, su deseo los dispuso uno frente al otro, en igualdad de condiciones, enfrentados, como un espectador frente al escenario donde todo sucede, o un actor frente a sus espectadores. Entre ellos ya sólo restaba la aceptación de aquel juego de la representación y era precisamente eso, el hecho de que fuera un juego y de que fueran conscientes de ello lo que los hacía reír. Ocurría como cuando un actor, siguiendo su papel, se dirige a los espectadores y les hace cómplices de algún secreto desconocido para el resto de los personajes. El espectador no puede entonces dejar de esbozar una sonrisa por aquella complicidad inesperada que trasciende su realidad y que le inserta de repente al otro lado del espejo quebrantando en cierto modo las reglas asumidas. La conciencia de que se es puede producir risa, esto es un hecho. De este mismo modo sonreían ellos viendo como la piel de ambos quedaba, poco a poco, completamente al descubierto para sus ojos.

Cuando únicamente fueron sus cuerpos y sus ropas yacían junto a sus pies, se quedaron depié mirándose desnudos, sonriendo como antes muy levemente, volviendo siempre a sus ojos que también sonreían.

Entonces, cada uno, poco a poco se sentó sobre la cama, sin tocarse. No decían nada, a lo sumo se escuchaba alguna risa que se escapaba. Sus rodillas distaban aún. De nuevo se miraban y sonreían. Esta vez ambos miraron muchas veces el pecho del otro. Él miró tan fijamente los pechos de ella que empezó a tener una erección. Ella, al percibirlo, enseguida miró su crecimiento y luego se posó en los ojos de él sonriendo.

Volvieron a relajarse, a mirar el uno a través del otro, a olvidarse de que tenían un cuerpo e incluso unos deseos. Se miraron únicamente a los ojos. Por un instante cambiaron sus almas e incluso deshabitaron aquel espacio que quedó únicamente con la luz.

Comenzaron a mirarse con detalle, parte a parte. Los hombros, el cuello, el vientre, el codo, las manos... todo con detenimiento, muy pausadamente, tratando de leer con atención el ritmo interior que les iba dictando. Ella, en ese tocar de la mirada empezó a mover los brazos en el aire muy suavemente como si acariciara el cuerpo de él pero en la distancia. Él hizo lo mismo. Sus manos se encontraban a veces en aquel deslizarse por el aire y besaban sus palmas como si quedaran casi imperceptiblemente imantadas. Los cuerpos iban poco a poco, en aquellos deslizamientos, produciendo una corriente magnética que hacía que las manos fueran cada vez más difíciles de contener. Finalmente sus brazos quedaron atrapados en esa fuerza. Ambos se sujetaban firmemente y comenzaron a balancearse. Cerraron los ojos y sintieron la presión de su dedos sobre sus brazos. Crearon una imagen de esa sensación. Ahora sus rodillas casi se tocaban y también las plantas de sus pies. Poco a poco quedaron unidos de ese modo, por los brazos, las rodillas y los pies y se presionaban el uno al otro cálidamente. Entonces, ella, sujetándose en la nuca de él se montó sobre sus piernas y apretó su pecho contra el suyo. Sintió por un instante la dureza de él sobre su vientre. Así se quedaron un tiempo detenidos, en ese abrazo en el que se arrojaron, hasta que ambos empezaron a besar minuciosamente todo lo que estaba al alcance de sus bocas. Él besó primero su pecho izquierdo y lamió el pezón varias veces como si éste fuese una gota de miel que cayera de un delicado frasco de cristal. Ella le acariciaba la espalda y la cintura con ambas manos al tiempo que lo abrazaba y besaba su cuello. En un momento se desprendió de esa piel y se lanzó en busca de los labios de él que recibieron los de ella como un choque de vapores. Ambos tenían los ojos cerrados y los entreabrían por momentos como quien trata de desquitarse de un profundo sueño que le abate. Los labios empezaron a embriagarles y sus cuerpos fueron cediendo lentamente sobre la cama, con la obnubilación de los sentidos, hasta quedar extendidos uno al lado del otro. Continuaron un momento los besos pero las miradas fueron recobrando claridad. Se miraron con ternura, muy adentro el uno del otro, como dos animales que se miran jadeantes, dos animales amantes. Se relajaron de nuevo y se quedaron quietos mirándose, riendo. Ella acariciaba de vez en cuando el contorno de él. Él, después de un momento, acercó su frente a la de ella. Estaban casi pegando uno al lado del otro, ladeados sobre la cama. No se veían, escuchaban su respiración, sus pulsaciones y sentían el calor de su piel y el cabello sobre la cara. Él puso su mano sobre las nalgas de ella y sintió que descendía a un manantial de aguas cálidas. Se puso a acariciarlas en círculo, suave pero fírmente, ascendiendo a veces por la cintura. Ella comenzó a bajar por su pecho y acarició el vientre de él, tropezando a veces con su pene erecto. El vello de él lo sintió como un arbusto de jazmín suave y perfumado y se adentró completamente entre sus finas hojas. Él acarició sus piernas y luego sus muslos y pasó varias veces sobre su vello púbico que sintió como un animal marino. Ambos acariciaban el centro del otro, reuniendo la energía necesaria entre sus manos, como un instrumento con el que se ensaya antes de un concierto.

23 diciembre 2006

Vivre!

Vivre Monsieur Hulot"

Vivre Jacques Tati!

:)

mmmmmm!!!

(de resucitación!)

22 diciembre 2006

Sobre el Cine

El cine es el arte de las apariencias por excelencia. Ningún otro arte se nutre tanto de la inmediatez de las cosas como él, del aparecer de las cosas delante de nosotros. Esto es así en su naturaleza más primitiva (evidentemente el cine y todas sus facetas está tan elaborado y resulta tan artificial como cualquier otro arte) Pero en su esencia mismo (en su base más primitiva) pervive pese a todo el hecho de atrapar las cosas tal y como se nos aparecen a los sentidos de forma inmediata. Incluso tiene una propiedad totalmente extraña a la experiencia humana y es el hecho de ver sin conciencia, sin cerebro, sin espíritu, sin personalidad, sin ser. Las imagénes captadas que nosotros vemos han pasado por la neutralidad de un dispositivo mecánico que lo único que hace es captar las cosas tal y como aparecen delante suyo (imitando las condiciones de recepción del ojo humano en tanto que aparato visual) Esa parte pretendidamente objetiva del cine (de las imágenes) son las que conforman los noticiarios y las imágenes que se dicen documentales o testimoniales. De hecho, en cierto modo, toda imagen, aparte de incluir lecturas narrativas, simbólicas, metafóricas, sensoriales, etc se pueden leer en clave de documento, de testimonio de un estado de las cosas en un momento determinado en el que ocurrió la filmación.
Siendo así, se podría decir que la cámara lo capta todo, más allá de toda previsión y de todo control del cineasta o de quien quiera que utilice, manipule o difunda esas imágenes. En las imágenes está todo... se perciba o no se perciba ese todo. ¿Quién ha de percibirlo? Evidentemente no solo el director, también y fundamentalmente los espectadores.
Pero insistiré en lo que quiero decir cuando afirmo que en la imagen lo está todo. Está todo en potencia, en estado de surgimiento, apunto de desprenderse hacia la conciencia o la inconsciencia de quienes las atrapan, haciéndolas infinitamente repetibles atrapadas en celuloide o en cinta magnética. Cuando filmamos y tenemos en cuenta el tipo de luz, su color, su intensidad, las sombras, la composición, la textura visual, el ambiente general, el ángulo, el rítmo interno, los movimientos etc etc (las infinitas consideraciones que se pueden tener en cuenta a la hora de atrapar las apariencias de la realidad, caótica y vasta) cuando captados todo eso, más allá de nuestra capacidad de control de lo que captados y queremos captar, más allá incluso de nuestra experiencia y nuestra intuición (que pueden considerar de forma sintética e inmediata la infinidad de elemetos a tener en cuenta) más allá de todo eso como digo, siempre se capta algo más de lo que se pretendía o se iba buscando. Aquello que se capta es el hecho de estar captando las apariencias de la vida misma. Esto nos lleva a darnos cuenta de que, evidentemente todo arte se relaciona con la vida (el misterio de la vida) y que en consecuencia, todo arte reviste ese aspecto de profundización y reflexión sobre el hecho de la vida, de reflejo de ésta, de conciencia de ésta y de su gran misterio. Y el cine tiene un modo particular de adentrarse en ese misterio por lo que a sus capacidades se refiere. Yo le llamo el cine de la revelación, el arte de la revelación... y fuera de este cine no existe el arte cinematográfico. Muchas películas se confeccionan desde la repetición una y otra vez de modos cinematográficos ya utilizados y que han causado por lo general buenas impresiones entre el público. Lo que en los orígenes y en la clasicismo cinematográfico (hasta los años 50) era novedoso, intenso, excitante, impactante, espectacular, emocionante, fascinante y revelador (nos mostraba una forma nueva de ver la realidad y las cosas) a partir de ese momento y en adelante se convierte en recurrrente, imitativo, repetitivo, insistente, vacío, esquemático, sin vida, alienante, embrutecedor, distraído... etc. Únicamente volviendo a las obras primeras, a las originales, aquellas obras que sí nos hablan de un punto de vista nuevo, vivo, revelador, desconocido hasta entonces y fijándonos en ellas para entender cual ha de ser nuestro punto de partida, cual es el compromiso de tod obra con el original de sí misma (que es la realidad y la personalidad del equipo que reailza la película, sobre todo el director) únicamente de ese modo podremos generar obras vivas, vibrantes, intensas, articuladas, que susciten pensamentos, sensaciones, vida al fin y al cabo (pues este tipo de obras son como seres vivos, tiene una compleja biología dentro de sí y en relación con quien las ve) Producen una simbiosis con el espactador y con su vida íntima (la parte de sí en la totalidad de la existencia) de manera que la obra posee la vida del especador y por eso está viva con él.
¿Cómo podemos seguir suscitando el misterio de la vida? Ese misterio está contenido en cada una de esas películas, en cada cual a su modo pero con puntos de conexión. ¿De dónde bebieron ellas? De otras películas, de libros, del teatro, de la música, de la pintura, de la experiencia directa con la vida... ¿Cómo podemos volver a suscitar ese misterio para continuar filmando? ¿Cuales son ahora las condiciones que pueden suscitar ese misterio? ¿Se ha trasformado la vida? ¿Ha cambiado? ¿Quedan aún formas para suscitarlo de nuevo?
El misterio no se provoca, el misterio no se dice, no se conoce... únicamente se manifiesta, se muestra, se revela cuando él quiere... y tú lo percibes o no, lo intuyes o no... estás ahí para captar algo de él o no... en caso de que creas en él y quieras verlo.

21 diciembre 2006

Escribir sin más...

Me pongo a contar algo, a dibujar en el aire, a trazar señales de algo vivo, indicios de ser, de estar en el mundo. No tengo otra cosa, no me queda otra cosa. Siento que todo empieza aquí, en el hecho de ser, de sentir que se está vivo, presente en la existencia enigmática y misteriosa de todo. Pero también siento que esto no es más que el principio, que de ningún modo puede ser lo único, que tras él necesitamos todos los disfraces del mundo, todas las ilusiones, todas las construcciones imaginiras que queramos inventar. He dicho necesitamos, pero no estoy seguro de que sea así. La vida se reviste de mil capas diferentes que pueden no dejarnos ver o hacernos ver tan sólo algunas de esas capas sin alcanzar la esencia, la misma vida desnuda y descubierta, raiz de todo.
Me siento a escribir y yo mismo veo con emoción que habrá algún motivo por el que yo esté aquí escribiendo, y por ende viviendo. Vengo congratuladamente espoleado por Jodorowsky, sintiendo el renacer de tantas cosas dentro de mi, volviendo a sentir el ímpetu de contarme a mi mismo, de contar mi vida, esa pequeña molécula de la energía cósmica que somos cada uno de nosotros, ese zambullirse en las entrañas de toda la vida, más allá del tiempo y del espacio, más allá de la lenta, torpe y desconfiada razón materialista, en un salto total hacia la poesía, hacia la esencia misma de la comprensión íntima de todo (sentir la convicción íntima) como en una epifanía, en una certidumbre súbita de algo, que no es sino un sentimiento, una emoción, un reflejo de nuestra propia capacidad de gozar. La energía del universo (la vida) quizá esté solo con ese fin.
Desde mi adolescencia que me acompaña ese misticismo trascendental que me hace sentir parte de todo. Siempre he tenido la capacidad de salirme de las situaciones, de abstraer un momento para viajar al sentido íntimo de todo. ¿Es posible que esto se debiera en general a mi falta de disposiciónn (en relación a los demas) con respecto a las relaciones sociales. Estar en relación con Dios, con la supraconciencia, con la naturaleza, con el arte, con la idea, con la abstracción... es en cierto modo como una forma de relación con la vida misma, con el hecho mismo de estar vivo, pero también con la vida de los demás. ¿Qué nos llevó a apartarnos de los demás para fomentar ese diálogo-monólogo con el hecho de estar viviendo? ¿Se dió un rechazo? ¿Acaso no queríamos ser como los demás y tratábamos de ser de otra forma? ... y si fuera así... ¿por qué querríamos evitar ser como los demás? ¿Qué veíamos nosotros en los demás?
Me hago todas estas preguntas reflexionando si hay algo de todo eso en mi experiencia, pero lo cierto es que el recuerdo de mi primer alejamiento de los demás está marcado por una falta de voluntad y la presencia de una forma de ser extraña en mi que a mi mismo me era incómoda e incomprensible. Me sucedió algo que, en principio, por serme incómodo y desasosegador yo no quería. Me sucedió simplemente, de pronto, no saber jugar con los otros niños, haber perdido la espontaneidad para jugar, para dejarme ir en el juego, para fluir en él, para no sentir que estaba jugando, sino estar jugando simplemente. Fue como salir de pronto del escenario y comprender que había estado siendo un actor hasta entonces (yo quería seguir siéndolo) y al ocurrirme ello me quedé desnudo ante el público y los demás intérpretes, que, parecer ser, por indicaciones de la obra, naturalmente se pusieron a reise de mi y a burlarse. La obra continuaba conmigo, pero yo ya no sabía que hacer ni como actuar. Todos estos años no he hecho otra cosa que encontrar huecos y rincones que no estubieran a la vista del público, del escenario, para creer que yo tenía un espacio propio ajeno a aquel espectáculo. He visto que esto también es una ilusión. Me he preguntado, ¿y quién es el público?... pues los otros actores, a veces un Dios deterninado, la sociedad, las leyes, la moral... todo aquello que dicta un papel, que genera modelos de conducta. Pero comprendí después que no se puede bajar del escenario, que toda la vida es un teatro, como dijo Calderón... que aunque nos sintamos fuera estamos bien adentro y somos nada más que un actor más. Ahora bien... el director... ¿dónde está el director?... ahí sí que hay un hueco, el vacio esperado para quienes se sienten más allá del teatro... el director es un mismo... y uno mismo puede dirigir su vida (y algunos incluso la de los demás) De hecho todo el teatro está lleno de directores (todos son directores en potencia) Ya hemos citado a algunos, las leyes, la moral, la sociedad, la familia, la escuela... Todo eso puede cumplir el papel de director. Ahora bien, lo interesante para quienes se siente fuera de la representación es que ellos mismos pueden ser sus directores, ellos mismos pueden ponerse las pautas de su interpretación y crearse el personaje que quieran para la obra de su vida. Es por esto que uno ha de darse cuenta de la imposibilidad de salir del teatro, es decir, no se le puede rechazar, más aún, se le ha de amar, se ha de querer la representación (pues es nuestra naturaleza a la postre) se han de amar los disfraces, pero a la vez que esto es así uno no ha de olvidar nunca que el director ha de ser él mismo. En todo aprendizaje podrá ponerse bajo la dirección de algún otro actor-director que le motive para su propia realización, pero llegado un momento él tendrá que empezar a dirigir sus obras. Y en la dirección es imposible, como en el aprendizaje, no relacionarse con otros directores y convertirse en directores a su vez de ellos y en actores de estos. Bueno... ya mucho hemos desgastado la metáfora teatral.
Aunque me digo todo esto en verdad me siento lejano en general de la gente. A veces siento que capto la ensencia de algo que les sucede y me siento muy cerca, pero en general me resultan la mayoría extraños e incomprensibles. Sé bien que esto es una ilusión que sufro, sé también que todo es mucho más sencillo de lo que parece... pero creo que necesito vivir, experimentar, estar con contaco directo con las personas para aprender algo de ellas. También he de aprender a aprender, a realizar esto que digo verdaderamente. Ser actor para estar cerca, para recibir y ser director para dar, para agradecer.

19 diciembre 2006

Soledad

Caminaba pensando que...

si trato de ser el mundo me quedaré a la deriva de mi ser

y si me concentro demasiado en lo que creo ser acabaré ciego


mientras tanto me vino un sueño de soledad

en el que tú y yo éramos la naturaleza



y me sentí reconfortar en mi duda

Expresar

Únicamente puedo decir

aquello que yo sólo veo.


Únicamente lo que yo sólo veo es verdad.

ser

Habrá que escuchar lo casi imperceptible

atender a lo que dejamos en nuestra costumbre

manifestarse por fin como una flor solitaria en mitad de lo yermo

experimetar el ser tocado por las intuiciones

sentir de pronto que se tiene un sentido en mitad del mundo

y que ese sentido va a nuestro encuentro como nosotros al suyo

Sentir las identificaciones como una parte del ser

y la creación ccomo la otra parte.

Experimentar que el sentido únicamente puede determinarnos en la libertad.

18 diciembre 2006

El silencio

El dolor de un silencio

el dolor de una palabra

¿de dónde vienen?

¿qué es expresar?

¿qué es manifestar?

¿qué es decir?

La alegría de una palabra

el alegría de un silencio

¿de dónde viene?


acaso... tanto el dolor como la alegría

estaban ya antes del silencio o de la palabra...


entonces... ¿nada puede cambiar nada?

¿ningún gesto, ninguna acción, ninguna expresión...?


¿Por qué nos duele... por qué nos alegra?

¿es la expresión o su ausencia la que lo causa o es otra cosa?

Vivimos historias, vivimos lenguajes, construcciones mentales...

atrapados en el lenguaje

ya no sabemos que es expresar más allá de un red de palabras



Me quedaría mudo para decir el inmenso amor que siento

o inventaría una expresión sin lenguaje

un decir sin palabras directamente.


Necesitamos de los esqueletos de las palabras...

... que no sea muy cruel su ironía


Nos liamos en nuestra propia red

¿seré yo que no sé acabar las palabras?

¿seré yo que me lo invento todo?

¿qué busco más allá?


¿o será que no tengo nada que decir?

16 diciembre 2006

La Rodilla de Clara

Aquí...

se da el punto de encuentro

entre las historias...

y la vida.


El centro magnético y pregnante

es la rodilla...

el clímax de toda historia

que empieza en la cabeza de alguien


pero la vida se fuga de toda historia...

¿acaso puede ser contada?


¿Acaso el cine puede?

pues él tiene la virtud de mostrarla

más allá de relatarla.


per... sean historias... o sea vida...

¿acaso importa?


jummmmm! (de estar flotando en un mar de sensamientos)



La ceguera del narrador-personaje

el que cuenta dentro de un cuento


la omnipresencia (Aurora) de la narradora

quien no cuenta la historia

sino que la ve


"yo nunca invento... descubro"

14 diciembre 2006

UNA Y OTRA VEZ

Cada día vuelvo a nacer

y lloro.

Otra vez lo ignoro todo,

otra vez me asalta el miedo y la duda.

Otra vez veo la belleza inmediata del mundo.

Otra vez no sé que decir.

Cada día es como volver a empezar.

Es así como logro no creerme nada que no soy.

Cada día empiezo a ser de nuevo

con todas sus angustias y todas sus alegrías.

13 diciembre 2006

DAR

Me percibo tan bello

que únicamente ansío darme...

...y que me tomen.


Me desprendo como el aroma de un frutal fresco

como una melodía que se escucha a lo lejos

como el tañir alegre de un campana...


Me siento como el agua que canta oculta en la montaña

entre intensos musgos

y que fluye en la incesante locura de su manar.


Busco a una nariz que aspire mi delicado perfume

y que me trague entero en su avidez inhaladora.


Juntos, así, inventaremos el aire

y cubriremos el bosque de raices nuevas.


Me siento tan bello

que el mundo entero

camina sordo a mi música


Podría convertir mi mano

en una flor

o en un pájaro...


basta con que la primavera

se pose en mi piel.


De dentro irradian suaves rayos de luz

pero afuera hace frio

CONSTANTE INCONSTANCIA

Al final todo es fruto de la insatisfacción, o bien porque no tenemos o bien porque el tener nos hace ver que otros no tienen y enseguida queremos compartirlo. La insatisfacción se vive pues como falta (deseo) y como regocijo (gozo), pero siempre, inconformista, apuntando más allá.

Eso es la necesidad de expresar.

Quien pretenda estar en paz no creará nada. La sensación de paz y armonía es placentera y se goza en sí misma (es eterna, vive en el instante) Pero esa paz es sólo el resuello en medio del camino... pues todo surge del tiempo... hasta la eternidad.

Mis pensamientos no pueden gobernar mi vida, algo más profundo y vivo ha de darme movimientos y emociones que me sostengan en la acción y en la sensación.

Todo pensamiento en el fondo no es sinó algo aprendido y convencional.

Es lo que surge entre medio de los pensamientos (el mismo engendrarse de ellos) lo que está vivo en nosotros.

Esto es la pasión.

Suerte que juego, y el juego me permite tomar mis pensamientos como inicio de algunas pasiones.

Me pierdo con facilidad en el mundo, sobre todo cuando pienso o me hacen pensar demasiado. Cuando uno se pone a pensar en realidad está dejando que la realidad le piense y así uno acaba negando su esencia. La esencia de nosotros es una pasión, las pasiones, y están con nosotros desde que éramos un crios.

Me pierdo en el mundo demasiado lleno de pensamientos y cosas. Me piden aprender demasiadas cosas para corresponder como es debido en ese mundo. Me engaño a mi mismo al conceder ese aprendizaje... ¿pero... acaso hay otro modo de estar despierto? Cuanto más aprendo más insatisfecho estoy y en consecuecia más me encuentro y más creo. Me instisface lo desagradable como lo agradable, y ello me lleva a otro peldaño.

Ahora solo tengo ganas de comunicar, de compartir, de identificarme... sin embargo no puedo hacerlo... pues todo es instisfacción... y sólo me queda la desesperación y la creación.

Ya he dicho que algo distinto a mi pensamiento ha de gobernarme; una pasión, un amor, una certeza, una fe, un impulso, una creencia, un sentimiento, una intuición, un arrebato, una alegría, una tristeza, un juego... todo aquello que pueda cristalizar.

Pero... ¿qué es un pensamiento?... Simplemente obecer a unas normas, sin saberlo.

Si lo que te ocurre es que te surgen ideas, cosas, imágenes, conceptos, reflexiones... entonces lo que te domina es la imaginación y ésta sólo brota y avanza con la pasión, con el juego, con el sentimiento...

01 diciembre 2006

LA VERDAD

La verdad está todo el tiempo entre nosotros, por eso es que apenas o nunca la vemos en general. Miras... y allá donde mires es verdad.

Lo demás son tribulaciones de quienes no ven la verdad.

La verdad está dentro y fuera de ti, no existe diferencia.

La verdad eres tú como lo es todo.